Barbamon X un Digimon Tipo Señor Demonio cuyo nombre deriva de Barbatos, uno de los Duques del Infierno. Es la forma que adopta Barbamon al obtener el Anticuerpo X.
Un Digimon Señor Demonio que tiene la apariencia de un hombre viejo con barba larga, es uno de los "Siete Grandes Señores Demonio". Reside en el corazón del Área Oscura, el nido de los demonios, y manipula a los Digimon Ángeles Caídos para que dirijan la escala completa del mal. Está obsesionado con todos los tesoros que existen en la Red, así que por avaricia, y sin importar los medios, tiene una personalidad cruel con una avaricia que mataría Digimon solo por un tesoro. Es el principal y más astuto conspirador de los Siete Grandes Señores Demonio, y puede manipular fácilmente al Deathmon Definitivo además de los Digimon Ángeles Caídos. Sus movimientos especiales son usar su bastón demoníaco Death Lure para tentar a los Digimon a un infierno viviente ineludible, convirtiéndolos a la maldad, y desatar todas las energías malvadas del Área Oscura al mismo tiempo como una explosión de ultra-alta temperatura que quema todo sin dejar rastros (Pandemonium Lost). Además, incluso el movimiento especial de BelialVamdemon "Pandemonium Flame" sólo libera una pequeña fracción de estas energías.
Fusionó su bastón demoníaco Death Lure con su brazo derecho para enlazarse directamente con su magia, y ahora controla sus técnicas más hábilmente. Su movimiento especial es transformar el DigiCore del enemigo que saca usando su brazo izquierdo en una joya con la Corona de la Avaricia (Seventh Jewelrize). Porque las joyas brillan más cuanto más fuerte un Digimon es, evalúa si vale la pena luchar. El resplandor de la Corona de la Avaricia que se manifiesta de su mano derecha es prueba de su fuerza, y es su preciada colección.[1]
Ataques[]
Seventh Jewelrize (Séptima Joya): Transforma el DigiCore del oponente en una joya con la Corona de la Codicia.
Death Lure (Señuelo de Muerte): Usa su bastón demoníaco para tentar a los Digimon en un infierno viviente ineludible, convirtiéndolos a la maldad