Un Digimon Dios Humanoide que tiene una apariencia que fusiona la parte inferior de una cabra con la parte superior del cuerpo de un humano. Al ser un miembro de la misma tropa musical que Sirenmon, suele tocar las pipas llamadas siringas colgadas en su cintura y disfrutar la música. Pese a que tiene una personalidad pacífica y realmente no le gusta pelear, el poder que oculta dentro es incalculable, y cuando Aegiomon pelea para proteger algo, exhibe un talento único por el combate. Se dice que al tocar el Eco Atractor, que atrae la atención de quienes lo escuchan, en la siringa que posee, Aegiomon les arrebata el sentido de sí mismos a aquellos que sigan escuchando su sonido, y los ciega a todo menos a su figura. Con esto, puede producir una oportunidad para otros Digimon para huir, o una oportunidad para ellos de perseguir. Sus movimientos especiales son lanzar una patada aguda hacia atrás con sus preciadas piernas (Confianza de Hierro), y golpear al oponente mientras descarga electricidad que circula dentro de su cuerpo desde una parte de sus brazos, adormeciendo la sensibilidad del oponente y alentar sus movimientos (Golpe Vencedor Paralizador).[1]
Digimon Crusader[]
Pese a que tiene una pacífica-amorosa personalidad y no en realidad no le gusta pelear, el poder que conlleva en sí es incalculable, y cuando Aegiomon pelea por proteger algo, el exhibe un único talento por el combate.
V Jump[]
Digimon que esconde un gran poder para jugar un papel clave en la historia.
4Gamer[]
Digimon Tipo Hombre Dios compuesto por una parte inferior caprina fusionada con una parte superior humanoide (Fauno). Amante de la paz, odia luchar y atesora unos poderes desconocidos, aunque cuando se trata de proteger algo, Aegiomon exhibe su talento para la batalla.
Atrae la atención de quienes lo escuchan, y les arrebata el sentido de sí mismos a aquellos que sigan escuchando su sonido, y los ciega a todo menos a su figura.
Golpea al oponente mientras descarga electricidad que circula dentro de su cuerpo desde una parte de sus brazos, adormeciendo la sensibilidad del oponente y alentar sus movimientos.